Literatura

Ciberayllu
24 febrero, 2007

Quimera

Daniel Maguiña Contreras

 

Te espero en la sombra para cazar luciérnagas en el techo 

 

Anotación para tu ausencia

 

De los días que sigan de éste me haré si es posible un millón de veces más eterno que cualquier día común y corriente. De mañana veré en grises, en las noches me sentaré al borde de mi cama y tiraré punto por punto mi colección de  perros azules, los tiraré hacia arriba. Las noches serán compulsivas, asmáticas, lentas. Para tus noches he preparado todo bien, la cama, el lugar en el sillón, mi barba, mis espinillas, la forma de excitarte y ponerme la piel de gallina con tus dedos; todo en su lugar para tus noches de ausencia, conmigo y sin mí. Para que no te sientas triste noche por noche iré a morir a tus pestañas, echado, acomodado perfectamente para confundirme con tus sueños, como un niño en luna llena, si es que los niños en luna llena son como yo, bicromáticos por la tarde.

 

Anotación de arena

Extraño ese tiempo de perseguir el reloj con un solo pie, de parecer un tipo enrarecido, abstractamente tuyo. Extraño la humedad, el tibio pasar de tus pasos, amanecerme pensando en ti diluyéndome, cerca, lejos, caminando. Me he vuelto cotidiano como mis manos y tus pies, tan absurdo que para mí cualquier cosa tiene sentido. Ya no tengo secretos conmigo mismo porque no quiero ser el ultimo en enterarme, ni el primero en desistir y salir corriendo. He vuelto a cero, a delinear todo, a colorear todo, a divagar. Extraño tus horas, tu manera de decirme siempre que estoy equivocado; esta noche quiero pertenecerte como ninguna otra, así de absurdo, así de cotidiano, así de raro. Hoy quiero extrañarte como se debe, con esa arena mágica en la que me disuelves cuando me nombras, con la sensación de estar ahí y quedarme en silencio sin decir absolutamente nada, solo silencio, extrañando disfrutar tus silencios.

 

Luciérnaga-koala

Cuelgo de tu beso, estoy desnudo ante tu lengua con una gravedad azul y unas ganas irreversibles de hacerte mía. Tú misma eres irreversible, demasiado auténtica, casi de papel y yo parezco un garabato mal trazado, trazado con nervios en la punta de los dedos. Me parezco a ti cuando me miro al espejo, esos espejos que sí nos dicen la verdad y hasta a veces hablan. Me cubro debajo de tu ombligo de la lluvia, no soy buen conductor del agua. Me parezco a un instante, de esos que matan; a una huella, de esas que se dejan sólo en la luna, menos mal también yo sé dejarlas debajo de tu ropa. Estoy colgando para parecer un columpio, una abeja intermitente, una cosita como tú, de acuarela y llevarte al techo para destender las estrellas y desenchufar el cielo morado de la tarde, de mi tarde aquí en el papel.

 

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«lástima que con un beso lo soluciones todo»
Merlot

Aquella forma tuya de besarme con la desesperación de un naufragio estático, es como si al deshojar el corazón te quedaran aún mis cinco dedos abiertos. No cabe duda que tu lengua y la mía son la combinación exacta, adictas a sí mismas, porque se lamen y se acarician de un modo que todo luego de eso queda en su lugar. Con un beso tuyo se disuelven en mi cuerpo las moléculas más indisolubles, se electrizan mis partes más metálicas. De tus besos puedo decirlo todo, decir que son húmedamente suaves, quietos, extensos, puros, apasionados; al rozar tu lengua dentro de tu boca siento como si hiciéramos el amor casi de otra forma sumamente extraña, una forma que no tiene nada que ver con la carne, nada que ver con tus glúteos y la palma de mis manos; una forma mágica de unirnos y de conectarnos y ser uno en ese instante y quedar así por el resto de tiempo que nos queda. Aquella forma tuya de hacerlo todo tan perfecto a mis ojos, esa forma sublime de dejarme flotando, esa suavidad y ese color que dejas en mis labios son la evidencia y el presagio de estar muerto por ti sin la necesidad de estar bajo tierra.

 

Crayola de cabellos largos

Conozco tu geometría más interna, tus formas diagonales. Creo saber de tus puntos indelebles. Tienes un color que no sé, creo no conocerte; muero por hacerlo y también por lo contrario. Tus cabellos se deslindan del diámetro de tus labios y reconocen al tacto mi movimiento.

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© 2007, Daniel Maguiña Contreras
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Cita bibliográfica sugerida para este documento:

Maguiña Contreras, Daniel: «Quimera. Poesía» , en Ciberayllu [en línea]

700 / Actualizado: 24.02.2007