Literatura

Ciberayllu
12 marzo, 2008

Tres poemas

(Del libro Route 66)

Tania Agüero Dejo

 

Esquinas sin respuestas

Los casinos cerca de Palm Springs están rodeados de

campos de golf, campos de polo,

pero están también rodeados de gente con avisos de cartón

y en ellos se puede leer

This way to the casinos

las piernas dan queja al resto de tu cuerpo

tu boca la tienes seca y fría

horas mirando el mismo sol

el pasar de los autos entre la tierra

la indiferencia de los transeúntes

piensas en una silla callada en la orilla de tu casa

bandanna en la cabeza frotas tus manos sudorosas

das vueltas sin alcanzar tu destino

concluyes haciendo pantomimas inimitables

te desdices en tu pensamiento

te limpias los mocos

observas tus botas

esta tierra parece ser la misma

pero acá la lengua es la que manda

y no la tierra que pasa tranquila

bajo tus pies

entiendes que estás perdido

desatinos en el arenal

sigues cargando tu letrero

This way to the casinos.

 

Camino amarillo

Te dijeron sigue el camino amarillo

tú lo seguiste como niña buena

no había nada más que hacer en la granja.

Decidiste ver el mundo sin que nadie te diera permiso

porque todo es diferente afuera

eso lo tenías bien seguro.

Querías irte a California

el sueño de todas las niñas

pero ¡Qué diferente! ¿Verdad?

Ahora llevas trapos de colores

trapos de seda vieja

la temporada alta ha acabado

y te toca recoger cualquier cosa en el camino.

En tu cama debes pagar con creces tu desatino

extrañas los pasteles de tu madre

las conversaciones con tu padre cerca de la chimenea

pero es en vano recriminarse

sabes de memoria que no hay camino de regreso.

Hace tanto que saliste de casa

tu rostro ha cambiado

tus maneras han cambiado

tus olores se han vuelto parte de la calle

y ahora quieta y lánguida tienes que aceptar

unos dólares por nada  por nada

con mucho dolor en tus costados.

 

 

 

Scarlett
(OPEN 24 HOURS)

 

Autopistas sin sentido

acompañan esta noche

tus más perdidos pensamientos.

Se cierne un cálido sopor

dentro del auto

los vidrios polarizados agolpan tu pecho

te preguntas si a esa hora tardía

ya estará bailando descalza para ti.

Al llegar te encuentras

en la entrada con los vigilantes

una marejada de cosas pasan por tu cabeza

las paredes negras

se iluminan de luces liliáceas.

Escoges un buen lugar

donde puedas depositar

tus billetes de a dólar

estiras tus piernas en la silla

te acomodas sin sopesar

sientes que su perfume se va acercando

sus manos abrazan tu cuerpo lánguido

te dan la bienvenida.

Cuando baila

sus ojos te subyugan

cómo evitar mirarla

esos cabellos largos pelirrojos

te transportan hasta su cama.

La barra está llena de borrachos

los pasillos de bebedores de cuerpos

sus instintos huelen

a vapor errante

allí dejan sus entrañas.

Al fin ella te besa la frente

sin pensar en lo inútil del tiempo

ni en lo efímero de los cuerpos.

 

* * *  

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© 2008, Tania Agüero Dejo
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Cita bibliográfica sugerida para este documento:

Agüero Dejo, Tania: «Tres poemas. Poesía» , en Ciberayllu [en línea]

749 / Actualizado: 12.03.2008